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Präsenz in der Stille

Esta mañana se ha roto el silencio. Llegó marzo 2020, despierta la vida en las aulas, con sus risas, travesura y sueños. Invaden los  patios la alegría y  los abrazos del encuentros, el gozo de conocer amigos nuevos.

Esta mañana,  transita rauda la realidad de la efervescencia juvenil, torbellino de fuerza, de proyectos e ideales de un presente que gesta el futuro  para un encuentro con la vida nueva de otros sueños.                                                                                                                                                                       La vida es un regalo me digo hacia a mis adentros y nos sorprende cada día con novedades y misterios. Nos inquieta, descoloca y desafía a buscar caminos nuevos.

Esta mañana despierto sorprendida nuevamente por el silencio. Es Dios que nos conduce a  un nuevo proyecto, nos desafía a ser presencia desde lejos. A tomar distancia de quienes queremos, a vivir el amor de un modo nuevo.

Esta mañana el ambiente está tenso, hay dudas, temores y desconcierto, pero una voz de lo profundo del pecho me invita a descalzarme de nuevo, recordar los inicio de este sagrado proyecto de ser presencia de Cristo y no de otro maestro.       

Descalzarse es caminar sin  ruido para abrazar al hermano que sufre en silencio. Es acompañar desde lejos, a través de las redes sociales en este ambiente complejo. Sí, sin hacer ruido y con respeto escuchar sus corazones a pesar del silencio, acoger su fragilidad asumiendo los riesgos de tener que abrazar mi propio misterio.

Esta mañana camino en la presencia de Jesús maestro, procurando llevar su enseñanza a través de nuevos métodos, por caminos a veces inciertos y con el miedo presente en el cuerpo, pero con la certeza que no piso cualquier terreno; es la tierra sagrada de niños, jóvenes y maestros que desde sus casas sueñan que es posible que de esta experiencia renazca el hombre nuevo, transformado por Cristo desde sus cimientos.

Esta mañana descalza de nuevo, experimentando la fragilidad de que estoy hecha, pero con la confianza y certeza de ser presencia que transforma en esperanza los signos de los tiempos, de un mundo que clama la presencia del Maestro que hace nuevas todas las cosa y nos habló de amor en otros tiempos y que hoy es menester recordarlo para que todos sepan que sólo el amor transforma y nos hace nuevos.

Autor: Hna. M. Luisa Palacios O.