Home

Nuestra ESPIRITUALIDAD

SU  CENTRO:
"El misterio pascual está en el centro de la espiritualidad de las
 “Hermanas de la Santa Cruz”.
La muerte y resurrección de Jesucristo muestra
cuán importante es el mundo para Dios ".
 
UN PROCESO

La espiritualidad es un proceso de transformación interior que involucra  nuestra forma de pensar; nos ofrece la libertad de inspirar y dirigir nuestras vidas y la vida de otros de manera positiva a través del amor y la bondad. Con nuestra vida y nuestras acciones, deseamos ser presencia del Señor crucificado y resucitado. ¿Cómo estamos abiertas, conmovidas, sensibles y escuchamos los impulsos del Espíritu? Veamos cómo el Espíritu nos guía a la luz de la carta a los Romanos v. Chr. 8,14:


"Todos los que son guiados por el espíritu de Dios son hijos de Dios".
 
MADRE BERNARDA

La Madre Bernarda enfrentó las realidades de su tiempo, confiando plenamente en Dios y dejándose guiar por el Espíritu. Ella mantuvo viva su fe en Dios, que siempre la  acompañó. Su intima relación con Dios le permitió ser respetuosas, amable y acogedora con las personas. Madre Bernarda y las primeras hermanas conocieron a Dios en lo profundo de sí mismas. Este conocimiento de Dios dentro de ellas las ha llevado a participar activamente en su misión en el mundo.

La Madre Bernarda acompañó a las hermanas a discernir los movimientos del Espíritu Santo en sus corazones y sentimientos para ayudarlas a tomar decisiones informadas, como discípulas inspiradas por el Evangelio. Siguiendo el ejemplo de la Madre Bernarda, también nosotras trabajamos para la promoción del Reino de Dios.

ESPIRITUALIDAD - TRANSFORMACIÓN - MISIÓN

Una verdadera espiritualidad unifica  nuestra vida, crea armonía entre nuestra relación con Dios, con los demás y con la creación. Una auténtica espiritualidad vivida de esta manera da forma y transforma todo nuestro ser y nuestras experiencias. Esto solo es posible a través de una relación profunda con Dios. (Contemplacion)

En nuestra vida diaria queremos tener disposicion para ser guiados por el Espíritu en todas nuestras actividades y nos esforzamos por desarrollar una espiritualidad activa y dinamica. Todo el camino espiritual podría describirse como un proceso de aprender a "abandonarse a sí mismo", pero no es posible vivir este abandono en Él de una vez.

El viaje espiritual dura en el tiempo. Cuando nos embarcamos en un gran viaje, no podemos predecir si será corto y fácil. Sabemos que puede llevar algo de tiempo y que seguramente habrá obstáculos, pero estamos dispuestas y preparadas. Sabemos que el viaje será una búsqueda continua de significado y que el destino valdrá la pena. Confiando en su Divina Providencia, nos sumergimos en las realidades de la sociedad para ofrecer nuestro servicio como Jesús quiere que hagamos.

Intentemos preguntarnos a nosotros mismos:

  • ¿Dónde encuentro el significado de mi vida?
  • ¿Cómo me siento conectada con Dios y su creación?
  • ¿Cómo puedo ser testigo de Cristo?