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Nuestro CARISMA - Una Fidelidad anclada en sus origenes

El misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo es fundamental para nuestra espiritualidad como Hermanas de la Santa Cruz e inspira profundamente el estilo de nuestra misión. A través de nuestro servicio integral a las personas, traemos la esperanza de una nueva vida y contribuimos a la transformación de la sociedad.

El carisma de cada congregación expresa la identidad espiritual de los miembros según las líneas previstas por los fundadores. Posee un esplendor, que es contagioso: pasa de una persona a otra. Dura en el tiempo y se adapta a la vida cotidiana. Su permanencia es posible solo a través de la lealtad dinámica, una lealtad anclada a sus orígenes pero al mismo tiempo abierta a los signos de los tiempos.

En la vida diaria estamos llamadas a vivir el misterio pascual. Esto se refleja en nuestra vida diaria con la guía del Espíritu Santo que confirma nuestra fe, esperanza y amor.

Al responder a los desafíos en nuestra sociedad multicultural y al estar completamente inmersas en las realidades de los tiempos actuales, brindamos una nueva vida a las personas. Al asumir un papel profético en todo lo que hacemos, reflejamos a Cristo en el mundo a través de nuestro ser y de nuestra acción.

A medida que vivimos el carisma como misión en la Iglesia y en nuestra sociedad, nos aseguramos de que nuestras actividades continúen con la misión de Jesucristo y se inspiren en el espíritu de nuestros Fundadores.

"A través de nuestros apostolados damos testimonio de Cristo, que es el amante de la vida. A través del diálogo y la interacción significativa traemos esperanza y promovemos la formación integral en las personas que sufren y luchan por diversas situaciones, especialmente los pobres y desfavorecidos"